Pendientes Noa Oro amarillo y diamantes

SKU 121-022817

9.450,00 

Pendientes realizados en oro amarillo de 18 quilates y diamantes de 0.50ct

Descripción

Pendientes: un aporte de luz al rostro

Los pendientes aportan elegancia a cualquier atuendo, además son las joyas adecuadas si lo que se desea es realzar los rasgos faciales, aportándole luz al rostro. Estas piezas de alta joyería definen con estilo y distinción a cada persona, aportándoles elegancia y sofisticación. Además, pueden tener un significado emotivo, ya que pueden evocar momentos especiales o recordar seres queridos.

Existen diferentes tipos de pendientes, desde los más sencillos hasta los más elaborados, dotando a cada uno de ellos de un estilo diferente: clásico, moderno, vintage… Así, estas piezas pueden complementar cualquier atuendo, desde el más formal al más informal. Y siempre habrá un modelo para cada ocasión, ya sea especial o para el día a día.

En general, los pendientes transmiten una sensación de estilo y confianza, y pueden hacer sentir a las personas únicas y especiales. Al igual que otras joyas, los pendientes son una forma de expresión personal y pueden ser utilizados para representar la personalidad y estilo individual de quien los lleva.

La fascinación de los diamantes blancos

Los diamantes blancos son gemas únicas y fascinantes que se distinguen por su brillantez y transparencia. Al observarlos detenidamente, es posible apreciar su estructura cristalina, la cual refleja la luz de espectacular manera. A medida que se mueve, la piedra se transforma en un juego de luces y sombras que despierta una sensación de asombro y fascinación.

La sensación que transmite un diamante blanco es de pureza y elegancia, lo que lo convierte en un símbolo de distinción y refinamiento. Portarlo en una joya es un signo de estatus y buen gusto. Además, se asocia con el amor y la eternidad, lo que lo convierte en la elección perfecta para las joyas de compromiso y las bodas.

Su brillo y transparencia, así como su estructura cristalina, aportan un excepcional sentido de belleza y sofisticación a las joyas. Esta piedra preciosa, de alto valor y durabilidad, cautiva tan solo con su brillo y presencia.

Oro amarillo: lujo y elegancia

El oro amarillo es uno de los metales preciosos más populares y reconocidos en la joyería. Su color dorado brillante y cálido le da una sensación de riqueza y opulencia. También es conocido por su durabilidad y resistencia a la corrosión, lo que lo convierte en una elección popular para las joyas de uso diario.

La sensación que transmite el oro amarillo es de lujo y elegancia. Su color dorado y brillante sugiere una sensación de riqueza y opulencia, lo que los hace populares entre aquellos que buscan una joya refinada y atractiva. Además, el oro amarillo es conocido por su capacidad para retener su valor a lo largo del tiempo, lo que los convierte en una elección popular como inversión.

En general, el oro amarillo es un metal precioso y fascinante que transmite una sensación de lujo, elegancia y durabilidad. Su color dorado y brillante los hace refinados y atractivos, mientras que su capacidad para retener su valor los hace altamente valorados en la industria de la joyería y como inversión a largo plazo.

¿Cómo mantener el valor de las joyas?

Las joyas de alta joyería son verdaderas obras de arte que requieren cuidado y mantenimiento para mantener su belleza y valor con el paso del tiempo. Es importante tener en cuenta que el cuidado adecuado de estas no sólo afecta su apariencia, sino también a su durabilidad.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que las joyas no deben ser expuestas a productos químicos o sustancias abrasivas, ya que pueden dañar el metal y las piedras preciosas. Por lo tanto, es recomendable no llevarlas puestas en situaciones donde estén expuestas a productos de limpieza, perfumes o productos químicos.

Además, se recomienda guardar las joyas en un lugar seguro, como en un joyero o caja fuerte, para protegerlas de arañazos y golpes. Es importante mantenerlas limpias y secas para evitar la acumulación de polvo y suciedad.

Se recomienda limpiar las joyas de oro con un paño suave y un poco de agua tibia. Asimismo, hay que evitar el uso de cepillos duros o cualquier otro material que pueda rayar el oro.

De igual modo, es recomendable llevarlas a un joyero profesional si se le quiere dar un mantenimiento regular, ya que estos expertos pueden comprobar la seguridad de los engastes y los cierres, y reparar cualquier daño antes de que se convierta en un problema mayor.

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